El equipo murciano visita su último campo maldito en un partido que le puede permitir cerrar la primera vuelta con 35 puntos y rozar la zona de ascenso
El
Real Murcia vuelve
al escenario del crimen. Tras una semana de revivir tragedias y agonías, el conjunto murcianista quiere cerrar el círculo que se empezó a dibujar hace año y medio. Pero el devenir de la temporada ha relegado ese mal recuerdo a mera anécdota y la visita al
Girona de este sábado ahora significa mucho más para los granas.
Este encuentro, el último de la primera vuelta, puede permitir al Murcia acabar el primer tramo de la temporada con unos números que probablemente ni el club esperaba: 35 puntos y tocando con los dedos la zona de ascenso. El equipo de Iñaki Alonso necesitaría ganar por nueve goles y que perdiera el Almería para acabar la jornada entre los seis primeros, pero sí que podría quedarse a tiro de piedra.
Y es que los murcianistas llegan lanzados: dos victorias consecutivas y, sobre todo, una sensación de poderío y solvencia que ya le permite ganar incluso cuando juega rematadamente mal, como
el pasado sábado ante el Córdoba (2-1).
Enfrente, un rival herido, que acaba de cambiar al entrenador -Josu Uribe se estrenará este sábado- y que es penúltimo en la tabla. Pero con mucha pólvora arriba. El problema gerundense no es ese: más bien al contrario. Son venenosos arriba, pero un flan abajo.
En cuanto al Girona, el equipo que alinee Uribe es una incógnita. El técnico podría revolucionar el conjunto inicial en busca de la reacción, aunque también es probable por dar una nueva oportunidad a los que ya jugaron.
LA FICHA:
GIRONA: Santamaría; Juanlu Hens, Tortolero, Juncá, José; Jandro, Marcos Tébar, Dorca, Óscar Díaz, Coro y Benja.
REAL MURCIA: Alberto; Molinero, Jorge, Amaya, Rubén Párraga; Iturra, Richi, Isaac Jové, Cerrajería, Óscar Sánchez y Cristian García.
CAMPO: Montilivi, 18.00 horas.