Un espectacular Real Murcia deja con la boca abierta al Sporting (2-3)

El Real Murcia venció (2-3) al Sporting de Gijón en El Molinón. Pero los tres puntos cosechados por los de Gustavo Siviero en tierras asturianas tienen varios valores añadidos: es la primera victoria y al mismo tiempo la primera fuera de casa. Y no en Guadalajara o Ponferrada, no: en casa del Sporting, uno de los grandes favoritos para el ascenso. El Murcia, además, se impuso con un despliegue de fútbol magnífico, por momentos espectacular, demostrando capacidad de remontada y combinando el juego de toque con una solvencia defensiva que demuestra que jugar bien no está reñido por defender bien. Por tener, el partido tuvo hasta un guiño hacia la cantera: Eddy tuvo media hora; por fin, parece que el equipo grana tiene un canterano que llega para quedarse.

Con todo, al (mucho) mérito del Murcia hay que añadir el demérito del Sporting: el equipo gijonés se encontró con el gol a los siete minutos, después de un mal despeje de Javi Jiménez a un cabezazo de Gregory que pescó Mate Bilic para remacharlo a la red. A esa jugada, más la galopada del propio Bilic que supuso la expulsión de Óscar Sánchez pasada la media hora de juego, se redujo la producción ofensiva de los rojiblancos.

El Murcia fue otra cosa, el jarro de agua fría del tanto esportinguista despertó a los granas, que saltaron al campo dormidos, y, visto lo que pasó después, hasta vino bien encajar el tanto. No tardó ni cinco minutos en sacarse el ‘Rusito’ Martínez (vaya maneras que apunta este argentino) un conejo de la chistera para empatar el encuentro (1-1, min. 12), y dar paso a unos minutos de juego de los granas sencillamente sublimes. El Real Murcia jugó al fútbol, al buen fútbol, y eso es algo que no había hecho en años. Combinó, trianguló, movió el balón, tocó con alegría, todo ello al tiempo que se mostraba duro como una roca cada vez que los asturianos le buscaban las cosquillas.

Se temió que esta exhibición tocase a su fin en el minuto 31, cuando Bilic se escapó solo hacia el área, algo escorado a la derecha, y Óscar Sánchez pareció trabarle por detrás. Las repeticiones invitaban, cuando menos, a la duda, pero es innegable que la decisión del árbitro es absolutamente comprensible.

En los poco más de diez minutos que quedaban de primer tiempo, el Murcia trató de defenderse (cambió al ‘Rusito’ por Mario Marín) y llegar con empate al descanso para rearmar filas. 

Tras la reanudación, el equipo grana mutó en una versión algo menos vistosa pero mucho más contundente. El equipo se mostró cómodo viendo como el Sporting se hacía con el balón, buscando sus oportunidades a la contra, en ocasiones a balón parado, o arriesgando para cometer errores. Hay que decir que la defensa local fue un flan, algo que se demostró en el minuto 48, cuando Trejo no controló un balón mal despejado por Iván Hernández en el área, y la pelota quedó ideal para Matilla, quien soltó un zurdazo cruzado que se convirtió en el 1-2. Tres minutos después, en una jugada similar, el ‘Ruso’ García se la dejó a Kike, que la volvió a poner en el mismo lugar por donde entró el gol de Matilla (1-3, min. 51). 

Los dos goles de renta hicieron que el Murcia se diera por satisfecho. Solo entonces recordó que tenía uno menos y dio un pasito atrás, mostrándose inexpugnable ante los atolondrados acercamientos de un Sporting que no encontraba respuestas ni alternativas a pesar de los sucesivos cambios de Manolo Sánchez Murias, técnico local al que ya se empieza a discutir tras empezar la liga con dos derrotas consecutivas (en la primera jornada perdió en su visita al Numancia).

Hasta el minuto 90, el Murcia estuvo enorme. Segurísimo Mauro dos Santos; rapidísimo Molinero, incisivo y valiente; imperial Nafti, quien se convirtió en el ‘capo’ del medio del campo; mágico Nico Martínez, derrochando polvo de hadas en la media hora que pudo jugar; y generosísimo el Ruso, quien no marcó pero realizó un fantástico trabajo para presionar y asistir a sus compañeros. El conjunto grana ofreció un partido redondo, que no fue empañado por un postrero tanto del Sporting en los últimos minutos (2-3, min. 82), un partido que hace que ya estemos contando las horas que faltan para el próximo encuentro, para comprobar si lo ocurrido este sábado fue un espejismo o una ilusionante realidad.