El Real Murcia ha dado a conocer este jueves los precios de los abonos de la próxima temporada, que cumplen la promesa de Jesús Samper: son un 10% más baratos que la pasada campaña y que además incluyen importantísimos descuentos para diversos colectivos. 

 

Hay quien opina que ni siquiera esta bajada (que tampoco es nada del otro mundo) conseguirá frenar la desbandada que se prevé, ya sea porque los bolsillos están vacíos, ya sea por la tremenda desilusión que causó la mala temporada recién concluida.

 

Por ello, parece claro que el club necesitará algo más que un descuento para devolver la ilusión a una grada cansada de un Murcia que lleva años sin acabar de definirse: los viejos del lugar recordarán que, en sus primeros años, Samper ponía al Deportivo de La Coruña como ejemplo a imitar. Después dijo que quería que su Murcia se pareciese al Villarreal. Cualquier día de estos nos sorprenderá con que ahora quiere fijarse en el... Alcorcón.

 

Como el fútbol está así montado, la mejor activación de esta campaña será que empiecen a llegar fichajes, a ser posible de relumbrón, empezando por el de un nuevo técnico, ya que parece que, a día de hoy, Iñaki Alonso ya está haciendo las maletas rumbo al Alavés o a cualquier otro equipo.

 

PD. Por otro lado, quede claro que la crítica que voy a hacer a continuación no va para el Real Murcia, o, mejor dicho, no solo para este club y sí para una amplia mayoría de instituciones, en muchos casos públicas: he leído varias veces en su campaña de abonos la palabra "minusválido", una expresión que, además de que está en desuso desde hace años, me parece denigrante para un colectivo amplísimo. Lo dice un discapacitado que no se considera menos válido que nadie.