Como ya sabemos, el balonmano no es el deporte más seguido en la ciudad de Murcia. Clubes como Real Murcia, Club Baloncesto Murcia o ElPozo Murcia se encuentran por delante en importancia, así como en seguidores y respaldos institucionales. Resulta obvio pensar que no se le puede dar el mismo apoyo, por ejemplo, al Real Murcia que al Club Balonmano Murcia. Pero debe haber unos mínimos de atención, de organización, de instalaciones para cualquier entidad deportiva de la Región. Qué mínimo que una sede fija donde disputar sus partidos de competición tanto los equipos profesionales como las bases. Algo tan evidente y básico, a veces, no se da.

La sección más laureada e importante del Club Balonmano Murcia es su equipo femenino senior, equipo que ha terminado la temporada en undécima posición en la primera categoría nacional; pero va más allá del balonmano femenino profesional. Mientras el éste 'solo' tiene que debatirse entre jugar en el Pabellón de San Basilio (o 'SanBa', como lo llaman cariñosamente los integrantes de los diferentes equipos) o el remodelado José María Cagigal, el resto de equipos de la entidad desconocen dónde jugarán su próximo partido hasta prácticamente el día antes del encuentro. Por partes:

El senior femenino parece que va a jugar (ya lo ha hecho parte de la recién concluida campaña) en el Cagigal. Las casi mil localidades y las modernas infraestructuras suponen un cambio a mejor aunque apene abandonar el acogedor pabellón de SanBa (con aforo para 155 espectadores). El aspecto de la grada en el partido ante el todopoderoso Itxako asombró a propios y extraños. Aquel día parecía que muchos murcianos conocían y seguían el balonmano regional durante toda la temporada. El paso del SanBa al Cagigal supone un paso adelante, pero el Club Balonmano Murcia pide asentar su sede en el reformado pabellón, y eso incluye también a sus categorías inferiores y a la sección masculina. En las oficinas de San Basilio se amontonan las cajas con trofeos en su interior, los cuales esperan saber en qué vitrinas serán colocados.

Alquerías, Espinardo, Cabezo de Torres, El Carmen, Infante, San Basilio… muchos han sido los pabellones en los que las categorías inferiores del CBM (siglas de Club Balonmano Murcia) han disputado sus partidos como equipo “local”, por llamarlo de algún modo. “Ante tanto cambio, sentimos que jugamos fuera de casa continuamente”, me dijo un día Eduardo Andrés, el vicepresidente del club. Unos equipos inferiores nómadas, que van allá donde les mandan y que no tienen una sede fija. Eso pide el Club Balonmano Murcia, nada más y nada menos que una sede donde establecerse y, a partir de ahí, poder pensar en crecer y echar raíces en nuestra ciudad. Primero saber dónde jugar y, luego, jugar y ganar.

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