reportaje

José Manuel Espejo, futbolista de Segunda B, agente de Champions

El muleño, de 28 años, compagina su labor de mediocentro del CF La Unión con su trabajo de agente de futbolistas tan prestigiosos como Toché, Rubén o David Cortés

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02 / 04 / 2012  |  Alejandro F. Romero
El mundo del fútbol regional tiene en José Manuel Espejo a uno de sus personajes más polifacéticos. El muleño, a sus 28 años, compagina su puesto como futbolista en activo de la plantilla del CF La Unión con su labor como representante.

Espejo llegó al equipo ‘minero’ hace poco más de un mes, ocupando el hueco que había dejado en la plantilla el capitán Joaquín Menéndez ‘Quinín’, lesionado de gravedad en una de sus rodillas. El mediocentro había comenzado la temporada en el equipo de su localidad, el Muleño, donde ‘mataba’ el gusanillo del deporte que tanto le apasiona.

Sin embargo, desde hace algún tiempo, estaba centrado en su ‘otra’ profesión, la de agente de futbolistas, a la que se dedica desde hace poco, aunque con un rotundo éxito: entre sus clientes destaca el santomerano José Verdú ‘Toché’, actual futbolista del Panathinaikos griego, el lateral derecho David Cortés, que juega en el Granada de Primera División, o el portero del Málaga Rubén, al que llevó el año pasado desde el FC Cartagena. También figuran en su cartera nombres como el de Rubén Pulido, quien actualmente juega en Grecia tras pasar por clubes como el Getafe o el Zaragoza; o Juanma Ortiz, quien volvió en el pasado mercado de invierno al Almería tras un fugaz paso por el Glasgow Rangers escocés.

“Estaba muy tranquilo en el Muleño, pero la propuesta de La Unión, para estos últimos ocho o nueve partidos y tratar de contribuir a la permanencia, me ilusionó, me motivó y decidí aceptar”, explica el jugador.

Espejo se inició en el mundo del fútbol en el Muleño, desde el que llegó al Ciudad de Murcia de Quique Pina. Tras su paso por el filial rojinegro, llegó a debutar con el primer equipo en Segunda División con 20 años de la mano de Julián Rubio, para pasar en los últimos años por varios conjuntos de Segunda B, como el Villanueva o el Sangonera, aunque en las dos últimas temporadas decidió apostar por la profesión de agente de jugadores, mientras saciaba su 'hambre' de fútbol activo en clubes del fútbol regional, como el Costa Cálida o el Muleño.

Relata que decidió zambullirse en el mundo de la representación tras conocer en La Manga Club al conocido agente británico Bill McMurdo. “Es un hombre de gran prestigio en el Reino Unido. Fue agente durante quince años de George Best (uno de los mejores futbolistas ingleses de la historia) y ha llevado a otros como Paul Gascoigne. Tras conocerle, le mandé un e-mail pidiéndole una entrevista de trabajo, fui a verle a Edimburgo y rápidamente congeniamos. Hoy, además de mi socio, es mi amigo”, recuerda.

McMurdo es respetadísimo en las islas británicas. A sus 67 años, fue el primer representante británico en tener el título de agente FIFA y fue pionero en instaurar el conocido Artículo 17 del reglamento, el que habilita a un futbolista a comprar su libertad y rescindir unilateralmente su contrato (es el que usó Cesc Fábregas para fichar por el Barça). También es conocido por lograr que un futbolista –en concreto Maurice Johnston- dejase en la década de los 80 el Celtic de Glasgow para fichar por el Rangers, rompiendo así la tradicional ‘Old Firm’, como se conoce a la histórica rivalidad entre los dos equipos de la capital escocesa. Desde antes de la Primera Guerra Mundial, ningún jugador había dado ese paso.

El veterano agente escocés supervisa ahora los pasos de Espejo como representante. “Goza de un gran prestigio y es una gran ayuda para mí”, asegura el futbolista y representante. José Manuel dice que el hecho de compaginar el césped y los despachos le facilita mucho la relación con los futbolistas: “Les hablo como un amigo. Conozco el fútbol desde dentro y sé cuáles son los problemas con los que se encuentran día a día porque también yo me los encuentro. Por ello, en muchas ocasiones, la relación, más que profesional, acaba siendo de amistad”. De hecho, confiesa que aceptó la propuesta de La Unión para volver a la Segunda B “porque varios jugadores querían que fichase allí”.

El futbolista no lleva a ninguno de sus compañeros en el equipo blanquiazul, pero “por supuesto que les ayudaré en todo lo que me pidan”. “¡Todos quieren que les represente!”, bromea.

Espejo recuerda la operación del traspaso del guardameta Rubén del Cartagena al Málaga, en el verano de 2011, como la más complicada a la que ha tenido que hacer frente: “Surgieron algunas dificultades, fue una negociación muy intensa porque se hizo el último día del cierre del mercado. Pero finalmente salió bien y se convirtió en el traspaso más lucrativo de la historia del Cartagena, con 1,2 millones de euros”.

Fue tan complicado aquel fichaje que recuerda que “me costó una enfermedad, después de cerrarlo caí enfermo”.

Actualmente no lleva a jugadores ni del Real Murcia ni del FC Cartagena, aunque no descarta trabajar con los dos clubes de la Región este verano.

BUSCANDO LA SALVACIÓN. Con respecto a la temporada del CF La Unión, que actualmente ocupa una de las plazas de descenso a Tercera División, Espejo cree que tiene muchas posibilidades de salvarse: “Creo que los dos o tres próximos partidos van a ser clave. Tenemos la salvación a dos puntos, y un par de partidos menos que nuestros más directos rivales, así que dependemos de nosotros mismos”.

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