Puede resultar extraño que un equipo como el Real Murcia deba aspirar a consolidarse en Segunda División si miramos el conjunto de su historia. No obstante, procede bajar el foco e iluminar la cuestión, lejos de demagogias fáciles y cantos de sirena entonados por nuestras viejas glorias del futbol murciano, y tomar en consideración que nuestro Club procede de la plomiza 2ª B de donde se consiguió la proeza de salir en un solo año. Así son las cosas. Nuestro equipo, modesto y equilibrado, está hecho para esto, si bien era posible esperar que la liebre saltara para satisfacción de nuestros aficionados, cosa que estuvo a punto de pasar tras una imbatibilidad de diez partidos. Pudo suceder, tanto que sí hubiéramos vencido al Barcelona B y al Alcorcón, como era de esperar, lo normal es que hubiéramos podido terminar los primeros en la clasificación al final de la primera vuelta (las salidas eran muy potables, Sabadell, Tarragona y Girona). No fue así, quizá porque al menos hay seis equipos más competitivos: los tres descendidos, Hércules, Deportivo y Almería, y los tres de la promoción 2010-11, Valladolid, Elche y Celta. Por si faltaba poco, el Córdoba dispone de un equipo que juega muy bien.

Por todo ello, estimo que entre el 8 y el 12 está la posición que deberá ocupar el equipo de darse circunstancias normales. La próxima temporada será otra cuestión; el equipo será remozado, creo que con cuatro o cinco titulares a lo máximo serían suficientes para lograr un equipo campeón. Es mi pronóstico.

En fin, que el Real Murcia está demostrando ser un club serio, que cumple con sus obligaciones económicas, entre las cuales, no se olvide, está el asunto del Concurso de Acreedores, y la estrategia que se plantea es no gastar más de lo que se ingresa para no padecer como otros clubes que pagan por encima de sus cabales presupuestos como si la ruina posterior no fuera con ellos.

Estamos en buenas manos. La próxima temporada se intentará el ascenso a Primera División, lugar en que nuestra ciudad, por sus muchos merecimientos, debe estar representada por su más prestigioso club.