Reproducción del artículo publicado en MurciaEconomía.com.

“Todo se reduce a hoy”. Así empezaba el discurso de Al Pacino (Tony D'Amato) en la película 'Un Domingo Cualquiera' frente a un equipo de fútbol americano antes de un partido trascendental. En ese momento de la película el equipo está pasando una mala racha y peligra su puesto en la clasificación; deben curarse como equipo, como personas y deben afrontar la responsabilidad de cambiar el rumbo de la situación. Talento no les falta, sólo les hace falta compromiso.

Evidentemente no he venido aquí a escribir sobre cine, pero esa frase, ese título, resume muy bien la relación entre la satisfacción y el éxito. Extrapolándola al mundo empresarial, todos sabemos que al margen de la suerte, que existe, casi todas las empresas se han forjado con el sacrificio de cada uno de los días, invirtiendo mucho esfuerzo y mucho tiempo, y es así como se hacen grandes las cosas. Todo se reduce a hoy habla de que ya no valen los "empiezo el lunes que viene", ya no están permitidas esas excusas en esta época de cambios. El cambio lo produzco yo, aquí y ahora.

El deporte en sí y el mundo empresarial no se diferencian mucho. Pueden llamarlo como quieran: ejercicio espiritual, visión de negocio o espíritu de sacrificio, pero cuando una persona quiere avanzar hacia el éxito en algo, invierte tiempo, esfuerzo, ideas, experiencias propias, y sueños, todos ellos enfocados en una dirección deseada. Muchas veces no se llega con el camino marcado, pero se ha hecho lo más importante: el camino. Entrenar es hacer un camino, una empresa hacia donde uno quiera, con más o menos sacrificios pero siempre hacia delante. Porque el cuerpo humano es así, es inteligente ante el esfuerzo físico, se adapta y se mejora a sí mismo. ¿Por qué no aprovechar esa ventaja? ¿Por qué no aprender a sacarnos provecho en estos momentos de cambio, a veces incluso de situaciones límite? El entrenamiento físico con constancia, orden y compromiso, es un ejercicio implacable de satisfacción personal, es el mayor anti-stress conocido, es un potente antidepresivo. Además, está científicamente demostrado que mejora el nivel de vida en su calidad y en su cantidad.

La Liga se gana a final de temporada, pero cada partido cuenta. En la empresa también. Eso es lo que nos enseña el deporte. En muchas ocasiones, darnos cuenta de que una día empezamos corriendo 5 minutos y dos meses después somos capaces de correr una hora, nos permite tomar la distancia y tener la visión suficiente para afrontar el reto de hoy y el que sabremos que vendrá mañana. Porque no es sólo una superación física, sino también mental. Y esa superación engancha, tanto al deportista como al empresario que sigue invirtiendo tiempo, esfuerzo e ideas. Por eso, deporte y empresa son dos disciplinas que se complementan tan bien.

‘Todo se reduce a hoy’. Y lo que hagamos hoy será lo que vivamos mañana. Supérate y disfruta de la satisfacción. Mejora tu empresa y tu vida. Haz deporte.