El derbi

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27 / 10 / 2011  |  Juan de Dios Martínez | Alta definición
El próximo domingo llega el primer derbi de la temporada y espero que las expectativas que se han creado se transformen en un gran partido que nos haga disfrutar, aunque no sea a gusto de todos por aquello del resultado. Que el Real Murcia y el Cartagena se enfrenten en un partido oficial en el fútbol profesional siempre es una buena noticia, sólo ha ocurrido un par de veces en cada década y ya va siendo hora de que se estabilice. Y si es en Primera mejor. 

No obstante, tampoco creo que haya que tomarlo como una fiesta del fútbol regional porque eso es una quimera que sólo existe sobre el papel, pues la rivalidad entre ambos clubes ha crecido de tal manera que ya parece irreversible. Sólo es de esperar que el protagonista sea el fútbol y no algunos descerebrados que pierdan las formas, que no haya enfrentamientos sino apoyo incondicional a los jugadores de cada bando y que, al final, cada palo aguante su vela.

Éste será el primer choque oficial de la temporada, pues ya hubo un simulacro el pasado verano que no acabó nada bien, con expulsados y piques entre jugadores. Menos mal que era por un motivo benéfico porque allí se pudo ver un nivel de enconamiento muy alto. Se tienen ganas y las heridas de los dos últimos años no se han restañado, están en carne viva. El Murcia quiere la revancha y el Cartagena aumentar el chorreo. Las relaciones institucionales están más distantes que nunca y los aficionados más sensibilizados. 

Siempre ha habido diferencias a un lado y otro del Puerto de La Cadena, pero ¿por qué se ha llegado a esta situación? No hay una razón única. En el equipo grana se piensa que su máximo rival no supo actuar en su papel de vencedor cuando ganó en Nueva Condomina hace dos años. No gustó la gestión desorbitada de su triunfo, quizá porque no se esperaban tamaño resultado o porque invirtió la realidad histórica entre ambos. No gustó que su presidente ocultara un micrófono en el palco para hacer comentarios en una televisión de alcance nacional. Y los aficionados granas los que se quejaron de un trato inadecuado e incluso vejatorio cuando visitaron el vetusto estadio de la Rambla de Benipila.
 
Por el contrario, muchos albinegros consideran que el Murcia no estuvo a la altura en los días previos (el 4 de noviembre de 2009), cuando la Federación Murciana organizó una comida de hermandad con la mejor de las intenciones y por parte grana sólo acudieron el entonces gerente, José Ángel Serantes y los jugadores Bruno y Ochoa. Por el Cartagena acudió el presidente, cuerpo técnico y Mariano Sánchez, entre otros. En ese momento era líder de la categoría y el Murcia penúltimo –esa semana cambiaba a Campos por José González, como entrenador-, situación que luego se plasmó en el campo. Tampoco gustaron las declaraciones a posteriori de Samper en las que predecía que el ‘globo’ de los blanquinegros se desinflaría y, sin embargo, rozaron el ascenso mientras los granas se iban a Segunda B. Para colmo, el drama de ese descenso en Montilivi coincidió con una estrepitosa derrota cartagenera contra el Albacete del ex murcianista David Vidal. A pesar de ser ya indiferente para el condenado, el resultado y la ostentosa celebración en las gradas hicieron mucho daño en la capital del Segura, lo que no hizo sino agravar la relación.

El penúltimo capítulo se escribió este mismo año, cuando Ángel Quirantes afirmó que Iñaki Alonso se había ofrecido para sustituir a Juan Ignacio Martínez. El entonces secretario técnico desveló una supuesta oferta a través del representante del técnico vasco, Luis Villasante. El Murcia se estaba jugando el ascenso y Alonso aún negociaba su continuidad con Juan Antonio Samper. La filtración fue hecha con toda la intención, en vísperas del play-off y casi le cuesta la continuidad al buen técnico vizcaíno. 

Que Iñaki Alonso entrenase al Cartagena no hubiese sido nada nuevo porque no sería el primero que cambia un banquillo por otro. Ni el primer jugador. Felipe Mesones, Fabri, Pedro Valentín Mora o Vicente Carlos Campillo son ejemplos, junto a una larga lista de jugadores. De hecho hace sólo unos meses Chando pudo ir al Cartagonova y Toché venir a Nueva Condomina, pero la rivalidad efervescente que ha espumado en los últimos años lo presenta inverosímil. 

Por eso me parece también innecesario el acto social organizado entre ambos clubes con la presencia de los respectivos entrenadores y capitanes. Si no hay buen rollo tampoco hay que forzar las cosas, aunque sea por una buena causa y se quiera trasladar un mensaje de paz fraterna. Tampoco pasa nada porque haya rivalidad, como la hay entre Real Madrid y Atlético, Valencia y Levante o Sevilla y Betis, Barcelona y Español… sin que se hagan este tipo de ceremonias. Supongo que surgen por falta de costumbre, pues si ambos se enfrentaran con regularidad estarían de más.

En cuanto a los aficionados, da la impresión de que ante la tradicional animadversión de la cartagenera (es habitual escuchar insultos en el Cartagonova), ha nacido una respuesta igual de ácida entre los murcianistas. En este sentido, espero que este domingo haya sensatez pero también que la Delegación del Gobierno haya tomado medidas, por si acaso. Hagamos entre todos que estos partidos merezcan la pena. Cada uno en su causa y Dios en la de todos.

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