Voy a tirar de topicazos, más propios en realidad del fútbol, para decir que en basket juegan cinco contra cinco y puede pasar cualquier cosa. Empíricamente es así, aunque luego el transcurso de las jornadas demuestren que las plantillas elaboradas con más presupuesto son las que se llevan casi siempre el gato al agua. Pero la competición suele dar unas cuantas “sorpresas” al cabo del año. 

Digo esto porque en una liga como la española, que se caracteriza a priori por tener un equipo superlativo, el Barcelona, y unos cuantos llamados a alcanzar fases finales, no hay rival pequeño, por seguir con los topicazos. El Cajasol de Sevilla puede ganar a los blaugranas como el CAI de Zaragoza puede aplastar por 20 puntos al Caja Laboral de Vitoria. Y en la jornada siguiente los sevillanos pueden perder con el UCAM Murcia y los zaragozanos hacer lo propio frente a Manresa, Fuenlabrada o sea cual sea su rival este fin de semana, que tampoco importa ahora. 

En otras palabras. La realidad dice que al final del camino, cuando se están decidiendo los títulos, el ramillete de equipos suele ser más o menos fijo; igual que por abajo es normal que se crucen los destinos de una serie de habituales. Pero yo no soy partidario de decir que hay una Liga de ricos y otra de pobres. Hay una única liga, la Liga Endesa, y en ella se está para ganar. 

A veces se recurre a ese otro topicazo (otro más, salen solos) para justificar la derrota de un equipo menor frente a otro mayor. “Es que no es de su Liga”, se dice. Pues sí que lo es, mire usted. Y cualquier equipo que dirigen profesionales y en el que juegan profesionales sale a la cancha para competir y compite para ganar. En la que se considera mejor competición de baloncesto de Europa el último puede ganar al primero, y eso es lo que hace grande al deporte. 

El UCAM Murcia llega a la cuarta jornada sin estrenarse y eso ha generado cierto inquietud, en especial por las dificultades que muestra para hacer puntos. Su defensa es muy buena, de las mejores de la Liga Endesa, pero de cara al aro no hay tanta fortuna. Corregir el desequilibrio entre ataque y defensa es la prioridad de Luis Guil y la clave para que llegue la primera victoria. 

Para lograrla habrá que evitar la ansiedad y el pánico, sentimiento muy unido al deporte, como la euforia. Si el balance de Murcia fuera 3-0 en lugar de 0-3 ya se hablaría de candidato a revelación del año y de posible tapado para la Copa del Rey. Con un par. Por eso prefiero hacer un llamamiento a la tranquilidad, que encima quedar superfino. 

Se logrará ganando a los sevillanos. Si no se consigue, y con la perspectiva de una visita a Mirivilla, cancha del Bilbao Basket, llegará el turno de los inevitables, los agoreros, que volverán a poner el grito en el cielo. 

Tiempo habrá de hacer buscar medidas prontas si la cosa se pone más fea. Mientras, fe en el grupo y a darlo todo en la cancha y en la grada para lograr la victoria.