crónica
El Real Murcia rompe el cascarón
Los granas logran la primera victoria de la temporada en Valladolid con una magnífica actuación (1-3)
17 / 09 / 2011 | Alejandro F. Romero
El Real Murcia logró la primera victoria de la temporada en el campo del Real Valladolid (1-3) en un partido que significa tres puntos y algo más que eso: el equipo abandonó el estado larvario que ha desesperado a buena parte de sus aficionados durante el arranque liguero, y, esta vez sí, pareció un conjunto preparado para competir de tú a tú contra los grandes de esta liga.
El equipo creció y lo hizo aupado por varios jugadores; por ejemplo el 'Colocho' Iturra, inmenso cortando el juego pucelano y que coronó su espectacular actuación con el tercer gol murcianista; Aguilera, fantástico al lado del chileno, acertadísimo en la distribución; Mario Marín, seguro en la marca e inquietante en ataque; pero sobre todo Alberto Cifuentes. El portero de Albacete despejó todas las dudas con respecto a quién debe ser el titular cuajando un partido soberbio en el que paró un penalti que pudo poner en serios aprietos al equipo murciano cuando las cosas marchaban 0-2.
El Real Murcia tuvo una aparición fulgurante en el partido. El equipo se sacudió los complejos y miró a los ojos de su rival desde el minuto uno. Borja Bastón tuvo dos oportunidades clarísimas en los primeros cinco minutos; quizá su lesión en los isquiotibiales le impidió ejecutar con acierto en sendos manos a mano. El joven ariete madrileño probó la suerte en dos ocasiones bien desbaratadas por Jaime, guardameta del Valladolid, que se vio sorprendido instantes después por su compañero Javi Baraja, que anotó en propia puerta tratando de despejar un cabezazo de Jorge García.
El gol premiaba a un equipo atrevido, sin inhibiciones y que buscaba la llegada por ambas bandas, especialmente por la derecha, donde Mario Marín, con el que nadie contaba, puso en apuros en más de una ocasión a Peña, su pareja de baile.
El mejor juego murcianista tuvo un segundo premio tras otra buena acción de Borja Bastón, quien en esta ocasión cedió a Richi, solo, en el punto de penalti. El veterano destapó el tarro de las esencias, tumbó a Jaime con un escorzo y marcó el segundo gol a puerta vacía. El físico ya no le acompaña, pero... ¡qué clase tiene!
Con los deberes hechos, el Murcia invitó al Valladolid a jugar. Cerró filas y esperó la sentencia a la contra. Ésta pudo llegar en un nuevo mano a mano, bordeando el final del primer tiempo, en el que Isaac (quien tuvo que suplir a un lesionado Borja Bastón) picó el balón por encima del portero pero la pelotita no quiso entrar.
Los aficionados se frotaban los ojos. Sí, ese Murcia quebradizo y nada fiable de los tres primeros partidos se había convertido en un titán que estaban dejando en evidencia a la, probablemente, mejor plantilla de la categoría en su propia casa.
Pero al león blanquivioleta aún le quedaban un par de rugidos. Salió al campo tras el entretiempo espoleado, como si los jugadores sintieran en el lomo los latigazos de Djukic. El Pucela se hizo dueño del juego y puso al Murcia contra las cuerdas, pero, eso sí, jamás llegó a hincar la rodilla.
Las cosas se pusieron difíciles cuando Amoedo Chas, el juez de la batalla, pitó penalti por una mano de Jorge. Bueno, autor de cuatro goles en tres partidos, fijó el punto de mira ante un Alberto que bailaba frente a él tratando de ponerle nervioso. El delantero local apuntó a la izqueirda y el murcianista le adivinó la intención. No sólo atajó la pena máxima sino que se quedó con la pelota. Inmenso el guardameta.
La incertidumbre aumentó un poco más cuando el árbitro expulsó a Pedro cuando éste cometió la segunda absurdez de la tarde, una entrada mal medida; y alcanzó su grado máximo cuando Javi Guerra anotó el 1-2 rematando solo un centro desde la banda.
Quedaban cinco minutos y se avecinaba tormenta. Pero ahí apareció Iturra, quien, no contento con su excepcional despliegue defensivo robó el balón en el centro del campo, se lanzó como una centella en busca de la portería rival y no falló en el uno contra uno: firmó el 1-3 que dejaba el partido visto para sentencia.
Una victoria como esta puede significar el punto de inflexión que necesitaba el equipo tras haberse instalado en la depresión en el arranque liguero. Los tres puntos darán tranquilidad y permitirán a los últimos en llegar ponerse en forma sin la presión de las urgencias clasificatorias.
El equipo apuntó muy buenas maneras; el chileno dio motivos para la esperanza; la defensa pareció estar mejor puesta y arriba, por fin, se resolvieron las ocasiones. El Murcia da motivos para creer.
SEGUNDA DIVISIÓN. JORNADA 5
1 - REAL VALLADOLID: Jaime, Mongil, Juanito, Rueda, Peña, Baraja, Nafti (Víctor Pérez, minuto 45), Nauzet (Sisi, minuto 68), Óscar (Jofre, minuto 45), Bueno y Guerra.
3 - REAL MURCIA: Alberto Cifuentes, Oriol Lozano, Jorge García, Iván Amaya, Óscar Sánchez, Mario Marín (Molinero, minuto 79), Juan Aguilera, Iturra, Pedro, Richi (Sutil, minuto 68) y Borja González (Isaac, minuto 33).
GOLES: 0-1, min. 7: Javi Baraja, en propia puerta. 0-2, min. 16: Richi. 1-2, min. 85: Javi Guerra.. 1-3, min. 87: Iturra.
ÁRBITRO: Amoedo Chas (Comité gallego). Amarillas para los locales Nafti y para Rueda, quien fue expulsado (88') al ver la segunda. En el Murcia, expulsó a Pedro (61' por doble amarilla también) y amonestó a Iván Amaya, Iturra, Jorge y Oriol.
CAMPO: Estadio Nuevo José Zorrilla, 8.140 espectadores.
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